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Tendencias digitales en el sector vitivinícola

El mercado vinícola genera al año unos 29 billones de dólares (americanos), y aunque en los últimos años el espacio dedicado a los viñedos y su consumo se han estancado (a falta de conocer los resultados en los años de pandemia), la elaboración del vino y el cuidado de sus cultivos no ha dejado de innovar y mejorar.

Al igual que con otros cultivos, los viñedos sufren de diversas enfermedades que afectan a la producción, por lo que desde siempre se han buscado soluciones que faciliten detectar estas enfermedades para atajarlas y evitar males mayores.

Un ejemplo de solución de baja tecnología lo tenemos en los rosales que seguramente hayáis visto en los extremos de las ristras de viñas, los cuales se utilizan como detectores pasivos y de alta sensibilidad ante un tipo de hongo muy dañino para las vides.

Como hemos comentado innumerables veces, la tecnología se puede aplicar en todos los campos y de muy diferentes maneras; en la imaginación (y presupuesto, claro) está el límite. Así que hoy vamos a hoy queremos analizar las tendencias digitales que se están aplicando al campo vitivinícola.

Tendencias a día de hoy

Aunque la solución del rosal se sigue y se seguirá utilizando, desde hace años otras tecnologías se han venido aplicando y recientemente otras se empiezan a aplicar. Estas son:

  • Internet de las cosas
  • Inteligencia artificial
  • Robótica
  • Sistemas de información geográfica y Teledetección
  • LiDAR
  • Blockchain
  • E-Label
  • E-Certificate
  • Almacenaje inteligente

Seguramente algunas os suene de haberlas oído aplicar en este campo, pero otras seguro que no os esperabais verlas por aquí. Pasemos a analizarlas con detalle y ver cómo se utilizan en los viñedos, en el vino en si, y en su distribución.

Internet de las cosas

¿Cuándo no hablamos nosotros de IoT? Pues aquí tenemos otro claro ejemplo de uso, aplicándose tanto en los viñedos como en el vino en si y en la distribución del mismo.

En los viñedos se utiliza para controlar la cosecha y el estado en tiempo real de los viñedos; junto al uso de la teledetección (que trataremos más adelante) se controla el estado de la vid y los aspectos meteorológicos, así como las condiciones del suelo, humedad, uso eficiente de agua y gestión de riego, previsión meteorológica, etc.

Además, también es posible monitorizar aspectos clave tales como la temperatura ambiente, la velocidad del viento, el índice de radiación ultravioleta, la humedad relativa (ambiental), la humedad de las hojas, la humedad del suelo, el índice de precipitaciones y un sinfín más de parámetros.

Configurando una estación de control IoT. Imagen de Libelium

Una vez realizada la vendimia, la uva pasa por una serie de distintos pasos hasta llegar al proceso de crianza. Durante todo este tiempo, el uso de IoT se encuentra presente en el control de factores clave, como la temperatura, humedad o luz. También se aplica en procesos posteriores como en el embotellado, tapado y etiquetado, sumándole el uso de visión artificial para detectar errores y ayudar a cumplir estándares de calidad.

En la fase final de distribución, el uso de IoT genera ventajas en la logística de transporte, aumentando la eficiencia y, por tanto, disminuyendo los costes y el tiempo.

Inteligencia artificial

Ya lo hemos visto con los disipativos de IoT; la inteligencia artificial está muy ligada en los dispositivos Edge, aplicándose nuevamente en todas las fases vitivinícolas (desde la cosecha a su distribución).

Así, la IA nos puede proporcionar información sobre aspectos de tipo cuantificable de los viñedos, lo que permite a los viticultores clasificar los viñedos según la variedad de la uva así como la forma del racimo, el raspón, el tamaño, forma y color de la uva, la semilla, el tipo de piel, etc.

Una vez que el vino está en sus barricas, gracias al control en tiempo real del inventario y de las condiciones del barril es posible programar una optimización de la producción, ayudando a las bodegas a maximizar su productividad. La IA, a partir de la información recopilada puede determinar o predecir incluso la calidad del vino.

A nivel de distribución ocurre como en otros mercados; la IA permite llegar hasta el cliente final, cambiando comprendiendo las preferencias de productos y generando canales directos sin intermediarios hacia el cliente final. Recientemente se aplica la realidad virtual a catas virtuales, en las que el cliente puede degustar el vino como si estuviese en la bodega, incluyendo un sumiller virtual como asistente.

Aproximación de la idea. Imagen de Von Vino

Robótica

La sustitución de personal recolector por maquinaria también ha llegado a los viñedos. La siembra de viñedos, tradicionalmente llevada a cabo por dos personas, es sustituida por un robot que realiza una perforación en el suelo y deposita las semillas con aire comprimido. Una vez plantada la vid, se ocupan de monitorizar el rendimiento de la uva, su crecimiento, la composición de la uva en los viñedos, etc., obteniéndose así un mapa de calidad del cultivo que permite la toma de decisiones para la mejor optimización del viñedo.

En las etapas finales de la cadena vinícola seguramente es conocido por todos, ya que en lo fundamental es similar a cualquier otra empresa agroalimentaria. Conjuntamente con la Inteligencia Artificial, en esta fase se optimiza eficacia de la distribución y comercialización gracias al ahorro de tiempo y automatización del trabajo operario.

Pues eso. Imagen de Wine Enthusiast

Sistemas de información geográfica y Teledetección

En el caso del uso de los SIG, conjuntamente con la teledetección (análisis de imagen de satélite multibanda), es uno de los casos de aplicación que personalmente más conocía además del de los rosales. Aquí hay que decir que en los últimos años estas técnicas de análisis geoespacial se van generalizando y asimilando por más y más explotaciones vitícolas.

La razón es sencilla; a partir de una imagen de satélite multibanda es posible obtener ingentes cantidades de información, visibles o no al ojo humano, en cualquier hora del día y en casi cualquier condición medioambiental.

Combinando estas bandas se obtiene información precisa sobre el estado del terreno, los viñedos, etc. Así, una combinación típica es el índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI), que combina luz del infrarrojo cercano con el espectro de luz roja, y cuyo resultado nos da el contraste entre la vegetación (que tiene una alta reflectancia) y el suelo desnudo, estructuras construidas por el hombre, etc.

Esta imagen de un viñedo de Ste. Michelle Wine Estates en Washington muestra un área oscura donde se produjo un movimiento de tierra antes de plantar, dejando suelos más profundos y, por lo tanto, copas más densas cada año, mientras que una mancha oscura inesperada podría indicar un rociador roto. Imagen de GoodFruit

También a partir de las bandas termales es posible detectar incendios y vegetación quemada, así que como veis las aplicaciones son muchas y variadas.

LiDAR

Acrónimo de Laser Imaging Detection and Ranging, el LiDAR es un método de detección a distancia (muchísimo menor que la teledetección) que se utiliza para mapear estructuras así como altura, densidad, pendiente y otras características de la vegetación en una zona.

En el mundo de la vid y el vino, esta herramienta permite mapear el viñedo en tres dimensiones; desde la topografía del terreno hasta la uva de cada vid. Este escaneo genera una nube de puntos en tres dimensiones, los cuales forman una representación tridimensional del viñedo (incluidos los colores).

Blockchain

Tendencia tecnológica que se oye por todas partes, el Blockchain tiene su utilidad en el mundo vinícola en la cadena de suministro, dando la capacidad de verificar o comprobar todos los pasos que ha seguido un producto a lo largo de su vida útil, con identificación dudosa de los objetos rastreados (botella de vino, uvas de un viñedo, etc.).

Gracias al Blockchain, la trazabilidad va a ser visible y verificable para todos, sin posibilidad de alterar o modificar las botellas (se acabaron incunables rellenos de vino de minibricks). Así, esta tecnología va a permitir a cualquier persona implicada en el ciclo de vida del producto (productores de uva, cooperativas, viticultores, bodegas, empresas de almacenaje e intermediarios) conocer todos los pasos que da el vino desde el viñedo hasta la etapa de comercialización.

Imagen de Consulting.us

E-Label

El etiquetado electrónico afecta a la última etapa de la cadena y es una forma que tienen los fabricantes de proporcionar una mayor información en sus productos, pero sin necesitar de una etiqueta impresa infinita. Esto se suele encontrar como un código QR (o similar) situado en alguna parte del producto, facilitando que el consumidor pueda visualizarlo y con su dispositivo móvil leer la información.

Esta información es de lo más variada, y puede incluir desde advertencias y precauciones sobre los tipos de materiales utilizados e incluso datos clínicos, que luego también deben traducirse a otros idiomas.

Imagen de Vinowin

E-Certificate

Los certificados electrónicos son un conjunto de datos que permiten la identificación del titular del certificado, un intercambio seguro de información con otras personas e instituciones, y la firma electrónica de datos de manera que permitan la verificación de su integridad y origen.

Actualmente en el sector vinícola no hay unas normas acordadas en cuanto a como tienen que ser estos certificados, ni cuenta con certificados globales para simplificar el comercio de vino entre países o regiones, por lo que cabe esperar un importante empujón en este campo con miras a:

  • Reducir los tiempos de emisión de certificados.
  • Mejorar los flujos de información.
  • Mejorar la integridad y seguridad de los certificados.
  • Reducir las barreras al comercio.
  • Modernización de la regulación.
Vinos… ¿certificados? Imagen de Wyandotte Winery

Almacenaje inteligente

Por último, pero no menos importante, encontramos el almacenaje inteligente, el cual tiene múltiples aplicaciones que permiten llevar a cabo los proceso más eficientemente.

Así, encontramos:

  • Warehouse Management System (WMS): actuando como cerebro del almacén, encargándose de coordinar los procesos que se desarrollan en su interior desde la recepción de pedidos hasta la salida del producto.
  • Warehouse Control System (WCS): que coordina las tareas de los equipos de manipulación automática de pedidos, siendo por tanto un componente básico de los almacenes inteligentes.
  • Manufacturing Execution System (MES): es el sistema informático que permite la secuenciación de las actividades, asignación de tareas a cada operario, o el control de calidad de los productos.

Con esto se consigue el objetivo de ganar en flexibilidad operativa en el almacén, mejorar la calidad del servicio a los clientes, aumentar la capacidad de recogida y envío del producto, y aumentar la productividad del almacén, automatizando las tareas y reduciendo la mano de obra.

Esto es cava, pero para pillar la idea. Imagen de be-smart IoT

Conclusiones

Como podemos apreciar, el sector vitivinícola se encuentra en plena digitalización, con un montón de oportunidades por delante para la innovación. El aumento de la productividad y del rendimiento de los viñedos es uno de los principales objetivos del sector, sin olvidad el cuidado de los viñedos y el control en tiempo real del estado de los mismos.

Sin embargo, por delante se encuentran una serie de problemas que todavía quedan por atajar, como la selección de tecnologías en las que invertir, el coste de las mismas y los riesgos a asumir, lo que dificulta terminar de generalizar todas estas tecnologías (aunque como hemos dicho a lo largo del artículo, cada vez se van usando más y más).

Mercados agroalimentarios similares no llevan mucha ventaja al vitivinícola, por lo que se espera que a lo largo de esta década el impacto de esta digitalización sea significativo y termine por animar a aquellos que aun tienen sus dudas.


Imagen de cabecera: newscast.jp

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